En el libro “El Pastor” el sumo pontífice habla sobre el Peronismo, los abusos sexuales en la iglesia Católica, la corrupción en el Vaticano y su visita al país.
En un libro que fue publicado recientemente, el Papa Francisco habla sobre política, economía, su carrera dentro de la iglesia Católica y sobre una posible visita a la Argentina.
En uno de los capítulos, el sumo pontífice habla sobre el el Peronismo y echa luz sobre su ideología política: “Nunca estuve afiliado al partido peronista, ni siquiera fui militante o simpatizante del peronismo. Afirmar eso es una mentira. Tampoco estuve afiliado a Guardia de Hierro como dijeron algunos. La presencia de esa agrupación peronista en los ‘70, en la Universidad Del Salvador, de la orden jesuita de la cual él era el superior, y mis escritos sobre la justicia social llevaron a que se dijera que soy peronista”.
“En la hipótesis de tener una concepción peronista de la política, ¿qué tendría de malo?”, agregó. En este sentido y al ser consultado sobre los que le achacan que recibe a muchos peronistas, respondió: “Yo recibí y recibo a todos. Pero a veces hay algunos que buscan sacar rédito político, no siempre con buenas artes”.
“Me viene a la memoria el caso de un candidato que asistió a la misa en Santa Marta. Al final me preguntó si podía tomarse una foto conmigo, le dije que sí y le pedí que no hiciera ninguna travesura. Me respondió que la foto era para compartirla con la familia, pero a la semana siguiente Buenos Aires apareció empapelada con afiches de campaña de su foto. Eso no se hace”, añadió.
Sobre este hecho, completó: “Para colmo, la foto estaba trucada porque se quitó el entorno de la capilla y de las demás personas que estaban presentes para dar la impresión de que haber sido tomada en un encuentro a solas”.
En cuanto a una posible visita a la Argentina, Francisco señaló: “El propósito de viajar a la Argentina sigue vigente; es injusto decir que no quiero ir”, y aseguró que estuvo “cerca de hacerlo en noviembre de 2017. Quería repetir el periplo que hizo Juan Pablo II en 1987 y también visitar Uruguay y Chile. Sin embargo, la gira se complicó porque había elecciones en Chile”.
Ante una pregunta sobre los planes sociales, el Papa afirma que “la ayuda económica del Estado al desempleado debe ser pasajera para no afectar la cultura del trabajo. Además, tengamos en cuenta que el trabajo hace a la dignidad de las personas y una cosa es vivir de la caridad y otra es ganárselo con el propio esfuerzo”.
En cuanto a la corrupción en el Vaticano, el sumo pontífice manifestó: “el dinero es una tentación fuerte. El diablo entra por el bolsillo, la corrupción empieza por el dinero y con el dinero se compran conciencias. Y en la Iglesia esto lamentablemente pasó. Para decirlo de un modo llano, en el IOR (el banco vaticano) tuve que ‘cortar cabezas’”.
Con respecto al abuso sexual señaló que “no solo es un delito, sino un delito grave cuyo daño es irreparable y obviamente demanda una severa condena. El proceso (para combatirlo) que se inició dentro la Iglesia antes de mi elección está teniendo resultado. El informe que la Justicia de Pensilvania difundió en 2018 detectó poquísimos casos desde 2002″.
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