Un hecho que renueva el debate sobre las decisiones judiciales
Todo comenzó por la zona Sur de la Capital, cuando en la primera cuadra de calle Brígido Terán, un joven intentó asaltar a una mujer, pero, el atraco fue impedido por agentes que patrullaban ese sector de San Miguel de Tucumán.
Dado su fallido intento, el motoquero inicia una veloz huida, debido a que los uniformados emprendieron su implacable persecución.
Tras un par de cuadras recorridos a toda velocidad, se le interpone otro efectivo que quiso interceptarlo, pero logra eludirlo y continúa con su despavorida carrera.
Luego, avanzando hacia Barrio Norte, atropella a otro uniformado, quien es trasladado hasta el Hospital Centro de Salud.
Y cuando parecía que la policía ya le daba alcance por Santa Fe y Salta, provoca un choque entre dos vehículos, uno de los cuales es arrojado contra la moto oficial que conducía otro agente, que también quedó herido.
Entonces, recalcula y se dirige velozmente hacia Villa 9 de julio. Allí avanza rápida y temerariamente por sus calles, hasta que se detiene en su domicilio, donde abandona su motocicleta. En ese ínterin y como los policías ya lo seguían de muy cerca, el malhechor se sube al techo de su casa y empieza a saltar por los tejados vecinos, tratando de burlarse de las fuerzas del orden, hasta que, por un imprevisto, se desploma pesadamente, es reducido y esposado por la policía que lo traslada a la Comisaría. En donde le practican el protocolo respectivo de registro y se elevan las actuaciones a la Fiscalía de Decisión Temprana, desde donde ordenan que el salteador quede en libertad. Con cuya decisión se levantó polvareda y polémica, con un gran descontento expresado por redes sociales.
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