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El Decano le ganó a un Independiente en crisis por 1 a 0

Y fue de visitante, con mucho orden defensivo, rigor táctico y oportunismo para aprovechar la ocasión que se le presentó, el conjunto tucumano se impuso en Vicente López y se afianza en la punta de la Liga.

Quien fue el estratega de la victoria tucumana, fue Lucas Pusineri quién supo ser jugador y técnico de los Rojos de Avellaneda, motivo por el cual luego del término del match, le dejó un mensaje de esperana y deseos de una recuperación al club al que supo ir a ver jugar en los hombros de su padre.

Hoy el Atlético de Tucumán mira con optimismo, aunque no desmedido, el hecho de que se aleje de la posibilidad del descenso, lo que le sirvió a su técnico para refrescar que el hecho de ir punteros en el campeonato no es el objetivo principal del club. Sino consolidar un proyecto deportivo e institucional de un club que logró bastantes cosas en estos últimos años.

Lo de Independiente fue previsible y al mismo tiempo alarmante. El equipo anda en sintonía con la debacle económica e institucional que sacude los cimientos de un club que será necesario reconstruir desde los escombros luego de un colapso imparable.

Los de Avellaneda entraron dormidos a una cancha en la que costaba sacarse la modorra ya que se jugó a puertas cerradas: antes del minuto, Ruiz Rodríguez le ganó en velocidad a Barreto y cruzó la pelota para la definición de Lotti, quien le ganó a un Vigo desorientado. Una acción en la que hubo horrores defensivos: además de las fallas mencionadas, Laso no marcó a nadie.

Independiente administró la pelota luego del gol, pero no tuvo ideas, profundidad y le faltó empuje para llevarse puesto a un rival que procuró refugiarse. Atlético Tucumán defendió en bloque, con dos líneas de cuatro compactas y delanteros que se comprometieron en el retroceso. Asi, el visitante dejó desnudo a un Rojo que no supo encontrar los caminos.

Tomás Pozzo fue el único que, con su desfachatez y capacidad de desequilibrio individual, rompió líneas y generó peligro. Pero la realidad es que el equipo de Avellaneda ya ni siquiera está a precio de oferta, sino que se lo ve regalado. Los rivales precisan invertir cada vez menos para ganarle. De hecho, sumó apenas un punto de los últimos 18 y está en caída libre. El derrumbe comienza a ser peligroso: el acceso a las copas queda cada fecha más lejos y, si bien el promedio aún no se ve amenazante, la sucesión de caídas comienza a hipotecar un futuro que se avizora sombrío.

Un remate de Hachen al palo fue la situación más clara de un Independiente que generó poco, que insinuó una reacción, pero que fue demasiado tibio. Las seis variantes que Graf hizo con respecto al partido anterior ante Defensa (1-2) no le cambiaron la cara a un equipo impotente y frustrado. El Decano, en cambio, viene dulce. Suma cinco triunfos consecutivos, lleva 13 partidos sin caer por la Liga (siete victorias) y no para de sorprender.

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