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Un Abrazo en el Duelo: La Importancia del Apoyo en la Pérdida Perinatal

 El silencio del pasillo del hospital era ensordecedor. L y N, con el corazón en la garganta, escuchaban las palabras que cambiaban para siempre su vida: “Debes tener un parto inducido”. La pérdida del líquido amniótico a los cinco meses de gestación había truncado su sueño de tener a su bebé en brazos.

Su pequeña, con sus pequeñas extremidades ya formadas, no podría seguir creciendo dentro de la panza de L. El dolor, la impotencia, la angustia, una ola de emociones que amenazaba con derrumbarlos.

Pero en medio de la oscuridad, un rayo de esperanza: el equipo de psicólogas del Hospital Eva Perón, encabezado por Camila. Un abrazo cálido, una escucha atenta, palabras que les permitieron comprender que no estaban solos.

“El duelo perinatal es una herida profunda, un dolor que no se comprende si no se vive”, me dijo Camila, con la voz llena de empatía. “Es un dolor que afecta a los padres que han perdido a sus bebés, ya sea no nacidos o no vivos”.

L, internada durante cinco días, recibió un tratamiento antibiótico mientras N se enfrentaba a la difícil tarea de cuidar a sus otras hijas en casa. El equipo de psicólogas, con la ayuda de los enfermeros y enfermeras, y el apoyo constante de las obstetras, creó un espacio de sanación: “Un árbol de la vida” tejido sobre tela, con cartulinas que lo graficaban y mariposas de colores que representaban a los niños nonatos o nacidos no vivos.

Allí, L y N pudieron dejar su mensaje para su bebé, al igual que otros padres que atravesaron por la misma situación. Un espacio de amor y memoria, donde la tristeza se mezclaba con la esperanza, dando paso a un camino de sanación.

El 15 de octubre, Día Internacional de la Concientización del Duelo Perinatal”, se alza como un faro de luz para quienes han vivido esta experiencia. Es un día para recordar, para sensibilizar, para que quienes atraviesen esta experiencia sepan que no están solos, que hay un abrazo esperando por ellos. Es un día para romper el silencio que a menudo rodea la pérdida perinatal, para hablar de la tristeza, la culpa, la rabia, pero también de la esperanza, el amor y la memoria.

El Hospital Eva Perón, con su equipo de profesionales, nos recuerda que la empatía, el apoyo y la comprensión son esenciales para acompañar a quienes sufren la pérdida de un bebé. Un abrazo en el duelo, un camino hacia la sanación.

El dolor perinatal es una experiencia profunda, pero la vida, como un río que fluye, siempre encuentra un nuevo cauce. La esperanza, como un rayo de sol que se abre paso entre las nubes, nos recuerda que la vida continúa, y que el amor, aunque transformado, siempre permanece.

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