Se trata del legado de Túpac Amaru II que los argentinos supimos enarbolar en memoria de Evita
De igual modo, son varios los movimientos políticos que adoptaron su nombre por identificarse con su inquebrantable y justa lucha, que libró allá por el siglo XVIII
Las últimas palabras del líder aborigen peruano “¡Volveré y seré millones!”, que pronunció Túpac Amaru II (1738-1781) marcaron un legado para los libertadores que le sucedieron en la lucha, por una América Libre y Soberana.
Ya van por los dos siglos y medio -hace 240 años- que el peruano José Gabriel Condorcanqui Nogera, pasó a la historia
Nosotros lo conocimos como Túpac Amaru II, identidad con la que lideró la mayor revolución originaria en América y fue uno de las primeras vislumbres de resistencia por la independencia.
Tal como lo detalla la crónica, Túpac Amaru II ofició de comandante en la batalla definitiva de Tungasuca ocurrida un 4 de noviembre de 1780 en el Cuzco Peruano.
Aquella confrontación se había extendido por 24 provincias peruanas y durante los enfrentamientos murieron 100 mil nativos que batallaron con gran tenacidad. Y ellos con su arrojo acabaron con la vida de unos 1.200 hombres de la invasores, hasta la derrota ocurrida en Sangarará.
Luego los realistas emprendieron una feroz persecución del ‘irreverente inca revolucionario’, hasta que fue capturado.
Entonces, y por la trascendencia de su gesta, fue –cruelmente- obligado a presenciar la tortura y asesinato de sus aliados, amigos, hijos y esposa. Hasta que, finalmente, lo ejecutaron brutalmente asesinado el 18 de mayo de 1781, cuando solo tenía 43 años.
De todos modos, su lucha marcó a fuego el espíritu de Libertad y Soberanía de Nuestros Pueblos en defensa del ser latinoamericano y no pudieron borrar su fuerza su legado, que es ejemplo de “Dar la vida por la Patria”.
En sus últimos instantes de vida, Túpac Amaru II fue sometido a un intento de descuartizamiento al amarrarlo a caballos, Túpac Amaru II alzó la voz y aseguró a los presentes “¡Volveré y seré millones!”, antes de ser decapitado ante los fallidos propósitos de darle muerte.
Años después, Francisco de Miranda, independinsta venezolano, que también fue pionero en la gesta de la liberación de la región, destacó en sus relaciones con la Corona británica la rebelión liderada por el inca Túpac Amaru II.
Y en lo que respecta a nuestra urticante actualidad, hoy como entonces, los líderes progresistas siguen tratando de cortar ligaduras con intereses foráneos como los son el Fondo Monetario, el Banco Mundial y los constantes modos indirectos que los países del primer mundo usan para inmiscuirse y causar perjuicios a nuestro digno bienestar.
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