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El que sabe esperar, también sabe vivir

La paciencia se aprende, aunque nos demande un esfuerzo, hasta que alcancemos la certeza de saber el verdadero y único resultado.

La ciudadanía creyó, se sintió motivada en apoyar, tenía sentimientos y muy entusiasmada, con emociones positivas fue a votar, porque están a la vista tantas obras de reconstrucción de Nuestra Ciudad

Este 11 de Junio, la motivación fue tan alta, que los simpatizantes de Graciela fueron a votar ‘sin pedir dinero a cambio’, porque apostaron a la mejor recompensa que puede esperar un ciudadano digno. Cual es, la continuidad de un ambicioso plan de desarrollo integral que favorezca el Desarrollo de la infraestructura municipal, de la mano de su próxima gestión.

Y ese único detalle, que a la vez es tan fundamental en el rol individual de cada ciudadano para sostener la democracia, fue el que los alderetenses sintieron con gran satisfacción, al testimoniar formalmente por medio del voto, su total conformidad con la continuidad de la cultura del trabajo en  Alderetes.

Todos sabemos que durante la campaña electoral, hubo muchos ciudadanos que se animaron a acompañar en los actos a Graciela Gutiérrez y muchos de ellos, lucharon con la herramienta legal de la persuasion ‘del boca en boca’ para que los vecinos y vecinas tomen conciencia de lo que estaba en juego para Nuestrra Ciudad en los proximos 4 años.

Ahora bien y de acuerdo al escrutinio provisorio, sorprende el resultado, por sus números insólitos e inconcebibles, ya que, de un lado pujaba Graciela esperaba un claro triunfo, a costa de una gestión de progreso, mientras que del otro, solo se apostó a la compra del voto; hecho con el cual, redujeron -de modo lamentable- a la condición de mercancía  al voto ciudadano, ya que un puñado de pícaros, llegaron a sobornarlos con un par de monedas.

Realmente es insólito y escandaloso que un proceso eleccionario se defina con chantaje de por medio, en un escenario, en el que por un lado se mostraba: dedicacón, esfuerzo y proactividad y del otro: la despreciable timba de la billetera y su consecuente degeneración del acto democrático. Con el agravante que los propios demandantes de la voluntad popular actúan en desmedro de su ética de dirigentes democráticos.

Mientras tanto, la Junta Electoral tiene la última palabra pero, con una veintena de mesas que faltan escrutar, más otros cientos de votos recurridos que se deben definir, el único dato que se puede ver sobre la mesa, de acuerdo a las planillas cotejadas de otros partidos, el número le otorga un claro triunfo a Graciela Gutiérrez.

La Junta Electoral tiene la última palabra y si Graciela Gutiérrez alcanza la Victoria, -con su carácter emprendedor- tendremos asegurados cuatro años de progreso, porque ella es la única que está dispuesta a sostener un ritmo productivo de obras importantes para del bienestar de todos los alderetenses.

Seguramente, solo así seguirá dinamizándose y revitalizándose la Calidad de Vida y la actividad económica en toda Nuestra Ciudad.

 

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