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El aguinaldo argentino

Si bien en Europa, desde tiempos inmemorables los pueblos Celtas o Romanos entre otros, ya tenían antecedentes del pago de una suma extraordinaria por balances anuales positivos.

 

En Nuestra Argentina de 1880, sólo algunos comerciantes reconocían el buen desempeño de sus empleados a fin de año, abonándoles un aguinaldo, entendido como un salario adicional.

En su carácter embrionario para estas latitudes, dichas retribuciones eran arbitrarias y variaban de acuerdo con cada patrón.

Motivo por el cual y por esos tiempos, están registradas las escenas de cuando por calles porteñas y desde los arrabales, innumerables marchas organizadas por las primeras agrupaciones de basureros y canillitas, -inclusive algunas de filiación anarcosindicalistas- recorrían los centros adminitrativos, productivos y comerciales pidiendo “el aguinaldo”.

En ‘Argentum Land’, el primer antecedente del pago de un aguinaldo oficial, da cuenta que durante mayo de 1910 y por impulso del gobierno porteño de Manuel Güiraldes, se abonó un mes de sueldo adicional a todos sus empleados llamándolo “Aguinaldo del Centenario”.

Después, en 1924 el gobierno jujeño de Benjamín Villafañe se sumaría con la ley provincial, para que se pague el primer aguinaldo, solamente al personal del servicio y ordenanzas públicos de ése Estado Provincial.

Estos logros para la clase trabajadora se sucedieron a lo largo del tiempo de manera aislada hasta que, el 20 de diciembre de 1945, por iniciativa de J. D. Perón, el presidente de facto Edelmiro Farrell dispuso el pago del primer Sueldo Anual Complementario, para todos los trabajadores de la Administración Pública Nacional.
Y como bien certifican los registros oficiales, el decreto fue impulsado por el entonces secretario de Trabajo y Previsión de la Nación, el oficial del Ejército Argentino en funciones ejecutivas, coronel Juan Domingo Perón. Y entonces, por decreto N° 33.302 del 20 de diciembre de 1945, Perón fundó el Instituto Nacional de Remuneraciones, que debía, entre otras tareas, fijar el salario mínimo e implementar el sueldo anual complementario-SAC o aguinaldo.

De modo que, aquél gobierno militar -al que pertenecía Perón- fue pionero en Latinoamérica en efectivizar el aguinaldo.

Beneficio que, a partir de su mandato presidencial democrático y con la Constitución Nacional de 1949, que él mismo promoviera, el aguinaldo cobra fuerza de Ley y quedó vigente hasta nuestros días, con el de garantizar y sostener desde el Estado, los derechos colectivos, que empezaban a visibilizarse y legalizarse, en aquél bajo constitucionalismo laboral argentino.

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