Ruido de alpargatas caseras o de botas
Ciertos sables exigen a Emanuel Macron que reaccione ante lo que entienden como, ‘el desmoronamiento de Francia’.
Así se recoge en una carta firmada por 20 generales retirados y más de mil oficiales del Ejército.
Allí, los uniformados, que todavía pueden utilizar su carnet militar, advierten del peligro del riesgo de guerra civil que “podría llevar a sus camaradas en activo a una intervención para defender los valores de la civilización francesa”.
Entre ellas, el separatismo islamista que “aísla a ciertas parcelas de la nación para transferirlas a territorios sometidos a dogmas contrarios a nuestra Constitución”. En esos territorios, las “banlieues”, o barrios con mayoría musulmana, denuncian también a “las hordas” que atacan a diario a las fuerzas de seguridad.
Los firmantes denuncian también el intento de crear odio entre comunidades a través de postulados del antirracismo y lamentan que las fuerzas de seguridad sean utilizadas como cabezas de turco contra los chalecos amarillos, ciudadanos que manifiestan su desesperación.
Los militares retirados agitan así también la campaña para las elecciones presidenciales que se celebrarán solo dentro de un año, anunciando que “estaban dispuestos a apoyar a los políticos que tomen en cuenta la protección de la nación”. Y, como no podía ser de otro modo, la primera en responder a llamamiento fue la jefa de Reagrupación Nacional, Marine Le Pen, la más que probable rival de Emmanuel Macron en la segunda vuelta final de los comicios de 2022.
“Como ciudadana y como mujer política, dijo Le Pen, suscribo sus análisis y comparto su aflicción”. Les invito a unirse a nosotros para tomar parte en la batalla de Francia”. Otro representante del populismo de derecha, el soberanista Dupont-Aignan, juzgó la carta “excelente y muy moderada”.
Derecho a la insurrección.
La ministra de Defensa, Florence Parly, arremetió contra Le Pen a la que acusó de insultar la misión de los militares por querer politizarlos. La responsable de la Defensa francesa consideró inaceptable la carta de los militares jubilados y aseguró que no representan más que a ellos mismos. Por supuesto, anunció sanciones.
Al analizar las reacciones políticas desencadenadas con esta manifestación pública, comentaristas interesados indican que, ‘si bien algunos pueden hablar de ruido de alpargatas caseras en lugar de ruido de botas, el descontento por la situación que vive Francia puede explotar en diferentes sectores y en cualquier momento’.
Entre los signatarios del documento, figuran militares que se hicieron conocidos en el pasado, por su apoyo a la derecha más radical. El caso más conocido es el del otrora jefe de la Legión Extranjera, Christian Piquemal, retirado en 2000, que fue expulsado del ejército por haber participado en 2006 en una manifestación contra la inmigración masiva, en la ciudad de Calais
fuente: Valeurs Actuelles
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